martes, 10 de febrero de 2015

Instante


¿Qué hay de la tristeza?
¿de su inutilidad?
¿Y qué?
Si me deja varada en una playa desierta por donde pasará jamás nadie.
¿Y qué?
Si algo me llama a esa orilla desolada en la que gemir por un instante,
lamentar la pérdida o la existencia,
morir a ratos, desesperarme, apagar.
Necesito inactividad, sinsentido.
No siempre soy buena, ni quiero serlo.
La maldad o la desgana también forman parte de la carrera
en la marcha atrás hacia lo inevitable, el principio.
Quietud, soledad, presencia.
La ola en lo más álgido, 
rugiendo imperiosa en la cúspide,
antes de caer entregada hacia la orilla,
se mantiene un segundo,
en silenciosa y absoluta calma,
en un instante eterno.
28/04/13

Ahora


Inapresables se van los momentos.
Llegan,
envolviéndolo todo de siempre.
Te dejan,
con el ladrido ausente de la fugacidad.

20-8-14